“En los paisajes construidos para esta muestra, son las almas de la vegetación lo que vemos. En lo vegetal idílico todo es saturado y voluptuoso pero en estas piezas se destaca la larga lucha por la supervivencia. La esencia de las plantas dejan que el tiempo las traspase llegando a asemejarse a almas humanas: retorcidas, estériles, histéricas, severas...como un ejercicio revelador de la condición humana. Naturalmente, todos estamos esperando permiso para morir”.

Extracto de texto curatorial, Gabriela Moyano,